L D (EFE) En el escrito que dirige al instructor del expediente interno abierto en el PSOE, que podría incluso desembocar en su expulsión del partido, Alberdi insiste en que sus declaraciones sobre el debate autonómico abierto en el PSOE y también sobre la crisis en la Asamblea de Madrid son un "ejercicio legítimo de la libertad de expresión amparada por nuestro ordenamiento jurídico constitucional". Por ello, anuncia su voluntad de "recurrir en amparo ante el Tribunal Constitucional, para el supuesto de que el Partido Socialista Obrero Español me sancionara por la libre emisión de mis opiniones, al entender que se habría vulnerado mi derecho fundamental a la libertad de expresión".
"A tal fin señalo como eventualmente conculcados los artículos 6 y 20 de la Constitución", en los que se garantiza que "la estructura interna de los partidos políticos y su funcionamiento deben ser democráticos" y se reconocen y protegen los derechos a "expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción". En su escrito, la ex ministra socialista recuerda que, desde 1995, fecha en que se afilió al PSOE, ha venido manifestado con total libertad sus opiniones políticas, sin que en ningún momento se haya sentido "limitada ni coartada" en el ejercicio de su libertad de expresión.
“Un partido que se autodenomina democrático”
Entiende, en este sentido, que este proceder "debe prevalecer en un partido que se autodenomina democrático y que además considera la libertad de expresión de sus militantes como una de sus señas de identidad". Alberdi explica además que el hecho de que sus manifestaciones sobre la estrategia política de la dirección federal y local en Madrid sobre "temas de gran calado político" hayan tenido "más repercusión" que en otras ocasiones, no cambia el que constituyan el mismo ejercicio de expresión de opinión "amparadas por nuestro ordenamiento jurídico".
"El ejercicio de la libertad de expresión no puede verse limitado por la militancia en un partido político, ni por la pertenencia a un grupo parlamentario, pues tal ejercicio constituye uno de los derechos fundamentales claves de nuestro ordenamiento democrático", continúa la diputada socialista, que se ratifica en "todas" sus manifestaciones. Al hilo de ello, advierte de que, "si las normas estatutarias de un partido político permiten perseguir a los militantes por la libre expresión de sus opiniones, serían normas inconstitucionales que tendrían que ser modificadas".
Por último, Alberdi subraya en su escrito que no comparte la imputación expresada en el expediente de haber hecho un "daño político" al partido con sus declaraciones: "Muy al contrario, creo que he podido hacer un servicio al partido al expresar públicamente lo que muchos decían en privado y no se atrevían a exponer al exterior". "Es más, creo que las reacciones desmesuradas de algunos destacados dirigentes ante mis opiniones han hecho más daño al partido al mostrase como autoritarias y propias de burócratas, muy lejos de la imagen de tolerancia y respeto a la libertad de expresión de sus militantes que ha venido defendiendo este partido", concluye Alberdi.
"A tal fin señalo como eventualmente conculcados los artículos 6 y 20 de la Constitución", en los que se garantiza que "la estructura interna de los partidos políticos y su funcionamiento deben ser democráticos" y se reconocen y protegen los derechos a "expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción". En su escrito, la ex ministra socialista recuerda que, desde 1995, fecha en que se afilió al PSOE, ha venido manifestado con total libertad sus opiniones políticas, sin que en ningún momento se haya sentido "limitada ni coartada" en el ejercicio de su libertad de expresión.
“Un partido que se autodenomina democrático”
Entiende, en este sentido, que este proceder "debe prevalecer en un partido que se autodenomina democrático y que además considera la libertad de expresión de sus militantes como una de sus señas de identidad". Alberdi explica además que el hecho de que sus manifestaciones sobre la estrategia política de la dirección federal y local en Madrid sobre "temas de gran calado político" hayan tenido "más repercusión" que en otras ocasiones, no cambia el que constituyan el mismo ejercicio de expresión de opinión "amparadas por nuestro ordenamiento jurídico".
"El ejercicio de la libertad de expresión no puede verse limitado por la militancia en un partido político, ni por la pertenencia a un grupo parlamentario, pues tal ejercicio constituye uno de los derechos fundamentales claves de nuestro ordenamiento democrático", continúa la diputada socialista, que se ratifica en "todas" sus manifestaciones. Al hilo de ello, advierte de que, "si las normas estatutarias de un partido político permiten perseguir a los militantes por la libre expresión de sus opiniones, serían normas inconstitucionales que tendrían que ser modificadas".
Por último, Alberdi subraya en su escrito que no comparte la imputación expresada en el expediente de haber hecho un "daño político" al partido con sus declaraciones: "Muy al contrario, creo que he podido hacer un servicio al partido al expresar públicamente lo que muchos decían en privado y no se atrevían a exponer al exterior". "Es más, creo que las reacciones desmesuradas de algunos destacados dirigentes ante mis opiniones han hecho más daño al partido al mostrase como autoritarias y propias de burócratas, muy lejos de la imagen de tolerancia y respeto a la libertad de expresión de sus militantes que ha venido defendiendo este partido", concluye Alberdi.