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Disidentes cubanos confirman su asistencia a la celebración de la fiesta nacional de Francia

Varios disidentes cubanos confirmaron que acudirán a la recepción organizada en la embajada de Francia en La Habana con motivo de la Fiesta Nacional del 14 de Julio. Fuentes diplomáticas señalaron que el cuerpo diplomático ha invitado a la recepción a varios opositores y a altos funcionarios del Gobierno que, previsiblemente, declinarán su asistencia para no coincidir con la oposición ilegal.

LD (Agencias) La cita programada para este lunes en la embajada de Francia en La Habana es especialmente significativa tras las advertencias lanzadas recientemente por el gobierno cubano sobre este tema. Elizardo Sánchez, que encabeza una organización de derechos humanos considerada ilegal por el gobierno cubano, confirmó su presencia en la fiesta de la embajada francesa. Sánchez afirmó que también están invitados otros disidentes y familiares de opositores condenados en los juicios de los pasados meses de marzo y abril. Vladimiro Roca, del ilegal movimiento Todos Unidos, confirmó también su asistencia al acto y dijo no temer un endurecimiento de la campaña contra la oposición después del 14 de julio. "Ellos (el Gobierno cubano) no necesitan un pretexto para recrudecer la campaña. Estamos ante un gobierno que actúa como quiere, así que hace tiempo que asumí el riesgo", dijo Roca.

Oficialmente Cuba celebrará también la toma de la Bastilla, el 14 de julio, con un homenaje al pueblo francés en el parque Víctor Hugo y un concierto. Francia ha dado en los últimos meses un giro a su política respecto a la isla y ha anunciado una revisión de su cooperación bilateral con Cuba por la situación de los derechos humanos en la isla. En la lista de embajadas europeas que han invitado a disidentes en los últimos meses figuran las de Reino Unidos, Italia, Holanda y Suecia.

La "crisis de las embajadas" en La Habana se desató a partir de las sanciones aprobadas por la Unión Europea (UE) el pasado cinco de junio, en respuesta a las condenas a 75 disidentes y la ejecución de tres secuestradores de una lancha. El paquete de sanciones incluía, entre otras medidas, rebajar el nivel de las visitas institucionales a la isla, recortar la cooperación cultural e invitar a disidentes a las fiestas nacionales. El presidente cubano, Fidel Castro, advirtió, pocos días después, que ningún funcionario asistiría a actividades oficiales de la embajadas europeas que aplicaran estas medidas y que, en contrapartida, ningún diplomático comunitario sería invitado a los actos organizados por su gobierno.

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