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Castro mantiene las condenas a los disidentes sin que Occidente rompa relaciones

Este 25 de junio hace cien días desde que la dictadura cubana llevara a cabo una represión sin precedente en las filas de la disidencia. El 18 de marzo de 2003 empezaban las detenciones de los 75 disidentes, juzgados y condenados a penas de hasta 28 años de cárcel. Tras las sanciones políticas, nadie ha roto relaciones. Si quiere adherirse al manifiesto que solicita la libertad de los opositores y periodistas independientes, hágalo en Firma por la libertad

(Libertad Digital) Entre los detenidos, veintiséis periodistas independientes que se suma a los cuatro colegas que ya estaban detenidos. Cuba se convirtió así en la mayor cárcel del mundo para los periodistas. Cien días después, la sanción contra esos periodistas, que contestan el monopolio informativo estatal, no se ha detenido en su condena. Trasladados a cárceles situadas a varios cientos de kilómetros de sus domicilios, restricción del derecho de visita de sus familias y malas condiciones de detención, se añaden a las graves condenas pronunciadas contra ellos. En la página web de Reporteros sin Fronteras (www.rsf.org) se les ha dedicado una página especial. Cuba pidió la expulsión de esta organización del comité de esa ONG de la ONU, donde la isla está, sorprendentemente, en la Comisión de Derechos Humanos.

Con ocasión de cumplirse estos cien días de la represión, Reporteros sin Fronteras anuncia el lanzamiento de una campaña de sensibilización, dirigida a los turistas franceses que han elegido Cuba como destino estival. En España los actos, todavía no definidos, se realizarán la semana que viene. Anualmente, más de 120.000 franceses eligen Cuba como destino de vacaciones, atraídos por el sol, las playas y el mito de la revolución de los "Barbudos". Para sensibilizarles sobre la grave situación de los derechos humanos en la isla, Reporteros sin Fronteras lanza una campaña de carteles en París, del 8 al 22 de julio. El visual de la campaña reproduce el célebre cártel de Mayo del 68, que representa a un CRS empuñando una porra, con un escudo en la otra mano. El rostro del CRS ha sido sustituido por el de Ernesto "Che" Guevara. La leyenda: "Bienvenido a Cuba, la mayor cárcel del mundo para los periodistas". Subtítulo: "A finales de marzo de 2003, 75 disidentes, entre ellos cerca de treinta periodistas, fueron detenidos y después condenados a graves penas de cárcel. ¿Su crimen? Pensar diferente que el poder".

Los periodistas, muestra de las condiciones en la Isla-cárcel

Hace cien días, el 18 de marzo de 2003, el gobierno llevaba a cabo una redada sin precedente contra la disidencia, en todo el país. Aquel día fueron detenidos once periodistas independientes. Otros quince les siguieron, hasta el 24 de marzo. En muchos casos, registraron los domicilios a veces durante más de diez horas. Tal y como denuncian los familiares de los presos y Reporteros Sin Fronteras, los policías se incautaron de su material (fax, ordenadores, máquinas de escribir, magnetófonos), y de sus documentos y notas. Detenidos en los locales del Departamento de Seguridad del Estado (DSE, policía política), y entre ellos en Villa Marista, la sede de la DSE en La Habana, esos periodistas fueron acusados de "atentado a la integridad y a la soberanía del Estado", y a su "independencia". Los procesos se celebraron del 3 al 5 de abril. En ellos se encontraron todos los elementos de los procesos estalinistas: vista a puerta cerrada, justicia expeditiva, negación del derecho a la defensa, testimonios de agentes infiltrados, dossiers montados desde hacía meses, declaraciones de vecinos, acusaciones basadas únicamente en delitos de opinión. El 7 de abril se anunciaron las sentencias contra los 75 disidentes. Las penas dictadas contra los 26 periodistas van de 14 a 27 años de cárcel.

Pero las sanciones impuestas no terminan con esos veredictos. A finales de abril, fueron trasladados a cárceles alejadas varios cientos de kilómetros de sus domicilios. Así, a Víctor Rolando Arroyo Carmona le enviaron a la cárcel de Guantánamo, distante más de mil kilómetros de su ciudad de Pinar del Río. Una medida considerada como una "segunda condena" por las familias, teniendo en cuenta el coste y las dificultades de los transportes en la isla. Además, las visitas se han limitado a ser cada tres meses, en lugar de los veintiún días reglamentarios. Incluso, a algunas mujeres de periodistas les informaron, una vez que llegaron a la cárcel, de que finalmente su visita se había aplazado, o que a su esposo le habían trasladado a otra cárcel.

Otra forma de sanción son las condiciones de detención. A la mayoría le han colocado en celdas de aislamiento. Al menos seis se encuentran enfermos. Entre ellos, Oscar Espinosa Chepe, que padece graves problemas hepáticos y una hemorragia gastrointestinal. El 31 de mayo, y tras vivas protestas internacionales, fue trasladado de la cárcel de Guantánamo, donde estaba detenido, a un hospital de Santiago de Cuba. Sin embargo, según la sobrina del periodista que es médico, no se le han efectuado los análisis necesarios. Ella piensa que, teniendo en cuenta su estado de salud, el regreso a la cárcel pondría en peligro su vida. Por otra parte, sus familias padecen presiones. En La Habana, las mujeres de varios disidentes encarcelados, y entre ellas esposas de algunos periodistas, fueron amenazadas con ser detenidas a su vez si seguían marchando pacíficamente, vestidas de blanco, en señal de protesta, a la salida de misa de la iglesia de Santa Rita.

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