(Libertad Digital) En declaraciones al diario ABC , el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, afirma no temer que se abra una crisis interna en su formación después de los resultados electorales del pasado domingo, considerados por el propio Zapatero de “moderadamente positivos”. Según Rodríguez Zapatero, “la cohesión interna del partido está mejor que nunca, en parte porque siempre he facilitado el debate con la máxima libertad. También en esta ocasión –afirma– soy yo quien lo va a promover”. Sin embargo, antes de que el líder del PSOE abra ese debate interno, ya se le han adelantado Joaquín Leguina, José Bono y Juan Alberto Belloch, cada uno por motivos distintos y en todos los casos a través de los medios de comunicación.
Joaquín Leguina , que se promovió como candidato del PSOE al Ayuntamiento de Madrid pero fue desplazado por el propio Zapatero, que quería colocar en dicha candidatura a Trinidad Jiménez, ahora pide explicaciones y espera los responsables asuman “sus responsabilidades” después de que Trini haya perdido las elecciones frente a Alberto Ruiz Gallardón. “Ellos sabrán lo que tienen que hacer”, ha dicho el ex presidente de la Comunidad de Madrid y actual diputado del PSOE. Con respecto a las elecciones a la Comunidad de Madrid, Leguina ha señalado que, “a pesar de ser un triunfo por los pelos”, espera que el gobierno de coalición PSOE-IU saque adelante “todos los proyectos del programa socialista para la región”.
Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono , explica que “el PSOE ha ganado, pero el PP ha resistido mejor de lo que algunos creían”, lo que se interpreta como una crítica abierta a José Blanco, secretario de Organización del PSOE y responsable de la campaña electoral. Aunque Bono no quiere abrir la polémica, se permite dar un consejo a Zapatero: “El caladero de voto para el PSOE no está a su izquierda, sino que está a su derecha”. En su caso, los hechos lo demuestran, ya que ha conseguido un nuevo triunfo gracias a unos 140.000 votantes, que votaron al candidato del PP para las municipales pero le votaron a él para que siguiera presidiendo la Comunidad Autónoma. Según el presidente castellano-manchego, su campaña se ha centrado en pedir el voto a los simpatizantes del PP “con solidaridad y moderación”, sin fomentar “el odio social”.
Belloch, demoledor contra Blanco y Zapatero
Juan Alberto Belloch, que ha recuperado la alcaldía de Zaragoza para el PSOE, publicó el miércoles un artículo en el diario La Razón bajo el título “La dulce derrota del PP”. Según su tesis, al PP le ha ocurrido algo similar a lo que le pasó al PSOE en 1996, cuando los populares ganaron las elecciones pero no consiguieron la mayoría absoluta a pesar de “la que estaba cayendo” por aquel entonces. Aquel resultado se interpretó entre los socialistas como una “dulce derrota”, un sentimiento que Belloch atribuye ahora al PP, que ha perdido estas últimas elecciones por apenas 100.000 votos cuando los socialistas se las prometían muy felices. En su análisis, que se interpreta como una crítica demoledora contra la estrategia diseñada por José Blanco y lanzada por Zapatero, Juan Alberto Belloch explica que “los grandes temas de las elecciones municipales” han sido el terrorismo, el nacionalismo vasco o las políticas de inmigración, “con dosis excesivas de política internacional”, algo en lo que “los socialistas hemos entrado sin analizar con el debido detenimiento sus consecuencias”.
Según Belloch, “los proyectos de ciudad o de comunidad autónoma, que tantos candidatos teníamos, han sido oscurecidos, salvo en casos contados, por la avalancha de ideas o tópicos generales. Y en esa barahúnda acrítica –afirma–, Aznar se ha movido con excesiva comodidad”. A su juicio, “para irritación” de alcaldes y presidentes deseosos de presentar sus propios proyectos, “los vericuetos de la vacilante política nacional han convertido en humo su trabajo” y “se han sentido sustituidos por unos ubicuos y universales candidatos alternativos”. En su análisis, Juan Alberto Belloch destaca que “un proyecto progresista no puede triunfar basándose casi exclusivamente en la crítica al adversario”, ya que “nuestro potencial electorado reclama que se dibuje ante él un proyecto acabado de España capaz de generar no sólo confianza, sino, sobre todo, ilusión y ganas”.
José Blanco admite algunos errores
Además de mencionar a Zapatero, el hombre aludido más directamente por Leguina, Bono y Belloch es José Blanco, secretario de Organización del PSOE, quien en la rueda de prensa que celebró nada más conocerse las encuestas a pie de urna tras las elecciones del 25 de mayo afirmó rotundo que el PSOE había obtenido una gran victoria. Más tarde tuvo que empezar a matizar sus declaraciones y el martes ya redujo al mínimo el volumen de sus fanfarrias: “No nos ha ido tan mal teniendo en cuenta que encontramos un partido en descomposición, con un nivel de enfrentamiento notable”, dijo en una tertulia pública organizada por el Foro de Debate Alternativas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. A su juicio, una vez analizados los resultados del 25-M, está claro que el PSOE va a ganar las próximas elecciones generales de 2004 por un millón de votos.
José Blanco dijo también que el PSOE está ahora “más preparado” para gobernar y tiene “mejor equipo” que en 1982, si bien reconoció que hay que “agudizar y perfilar la estrategia” y trabajar “más y mejor y con más gente” de cara a las generales de 2004. A pesar de manifestarse tan triunfalista, afirmando que en las últimas elecciones se ha producido “un cambio”, el secretario de Organización del PSOE reconoció que quizá se habían creado demasiadas expectativas en torno al PSOE, a cuya nueva directiva se le ha exigido “demasiado en muy poco tiempo”. Blanco incluso admitió haber cometido un error, ya que su partido no supo interpretar el porcentaje (30 por ciento) de españoles que respondían “no sabe, no contesta” en las encuestas, creyendo que esos votos serían para ellos, lo que creó “falsas expectativas” ante el 25-M.
Joaquín Leguina , que se promovió como candidato del PSOE al Ayuntamiento de Madrid pero fue desplazado por el propio Zapatero, que quería colocar en dicha candidatura a Trinidad Jiménez, ahora pide explicaciones y espera los responsables asuman “sus responsabilidades” después de que Trini haya perdido las elecciones frente a Alberto Ruiz Gallardón. “Ellos sabrán lo que tienen que hacer”, ha dicho el ex presidente de la Comunidad de Madrid y actual diputado del PSOE. Con respecto a las elecciones a la Comunidad de Madrid, Leguina ha señalado que, “a pesar de ser un triunfo por los pelos”, espera que el gobierno de coalición PSOE-IU saque adelante “todos los proyectos del programa socialista para la región”.
Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono , explica que “el PSOE ha ganado, pero el PP ha resistido mejor de lo que algunos creían”, lo que se interpreta como una crítica abierta a José Blanco, secretario de Organización del PSOE y responsable de la campaña electoral. Aunque Bono no quiere abrir la polémica, se permite dar un consejo a Zapatero: “El caladero de voto para el PSOE no está a su izquierda, sino que está a su derecha”. En su caso, los hechos lo demuestran, ya que ha conseguido un nuevo triunfo gracias a unos 140.000 votantes, que votaron al candidato del PP para las municipales pero le votaron a él para que siguiera presidiendo la Comunidad Autónoma. Según el presidente castellano-manchego, su campaña se ha centrado en pedir el voto a los simpatizantes del PP “con solidaridad y moderación”, sin fomentar “el odio social”.
Belloch, demoledor contra Blanco y Zapatero
Juan Alberto Belloch, que ha recuperado la alcaldía de Zaragoza para el PSOE, publicó el miércoles un artículo en el diario La Razón bajo el título “La dulce derrota del PP”. Según su tesis, al PP le ha ocurrido algo similar a lo que le pasó al PSOE en 1996, cuando los populares ganaron las elecciones pero no consiguieron la mayoría absoluta a pesar de “la que estaba cayendo” por aquel entonces. Aquel resultado se interpretó entre los socialistas como una “dulce derrota”, un sentimiento que Belloch atribuye ahora al PP, que ha perdido estas últimas elecciones por apenas 100.000 votos cuando los socialistas se las prometían muy felices. En su análisis, que se interpreta como una crítica demoledora contra la estrategia diseñada por José Blanco y lanzada por Zapatero, Juan Alberto Belloch explica que “los grandes temas de las elecciones municipales” han sido el terrorismo, el nacionalismo vasco o las políticas de inmigración, “con dosis excesivas de política internacional”, algo en lo que “los socialistas hemos entrado sin analizar con el debido detenimiento sus consecuencias”.
Según Belloch, “los proyectos de ciudad o de comunidad autónoma, que tantos candidatos teníamos, han sido oscurecidos, salvo en casos contados, por la avalancha de ideas o tópicos generales. Y en esa barahúnda acrítica –afirma–, Aznar se ha movido con excesiva comodidad”. A su juicio, “para irritación” de alcaldes y presidentes deseosos de presentar sus propios proyectos, “los vericuetos de la vacilante política nacional han convertido en humo su trabajo” y “se han sentido sustituidos por unos ubicuos y universales candidatos alternativos”. En su análisis, Juan Alberto Belloch destaca que “un proyecto progresista no puede triunfar basándose casi exclusivamente en la crítica al adversario”, ya que “nuestro potencial electorado reclama que se dibuje ante él un proyecto acabado de España capaz de generar no sólo confianza, sino, sobre todo, ilusión y ganas”.
José Blanco admite algunos errores
Además de mencionar a Zapatero, el hombre aludido más directamente por Leguina, Bono y Belloch es José Blanco, secretario de Organización del PSOE, quien en la rueda de prensa que celebró nada más conocerse las encuestas a pie de urna tras las elecciones del 25 de mayo afirmó rotundo que el PSOE había obtenido una gran victoria. Más tarde tuvo que empezar a matizar sus declaraciones y el martes ya redujo al mínimo el volumen de sus fanfarrias: “No nos ha ido tan mal teniendo en cuenta que encontramos un partido en descomposición, con un nivel de enfrentamiento notable”, dijo en una tertulia pública organizada por el Foro de Debate Alternativas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. A su juicio, una vez analizados los resultados del 25-M, está claro que el PSOE va a ganar las próximas elecciones generales de 2004 por un millón de votos.
José Blanco dijo también que el PSOE está ahora “más preparado” para gobernar y tiene “mejor equipo” que en 1982, si bien reconoció que hay que “agudizar y perfilar la estrategia” y trabajar “más y mejor y con más gente” de cara a las generales de 2004. A pesar de manifestarse tan triunfalista, afirmando que en las últimas elecciones se ha producido “un cambio”, el secretario de Organización del PSOE reconoció que quizá se habían creado demasiadas expectativas en torno al PSOE, a cuya nueva directiva se le ha exigido “demasiado en muy poco tiempo”. Blanco incluso admitió haber cometido un error, ya que su partido no supo interpretar el porcentaje (30 por ciento) de españoles que respondían “no sabe, no contesta” en las encuestas, creyendo que esos votos serían para ellos, lo que creó “falsas expectativas” ante el 25-M.