(Libertad Digital) El embajador francés ante la ONU, Jean-Marc de la Sabliere, señaló a la salida de las consultas informales sobre el futuro de las inspecciones en Irak que todos los países están de acuerdo con levantar las sanciones cuando se haya verificado el desarme. "Hemos propuesto de momento levantar las sanciones que afectan a los civiles y ajustar el programa humanitario "Petróleo por Alimentos" para que vaya desapareciendo progresivamente", resaltó el embajador francés. Asimismo, el embajador francés indicó que era necesario coordinar las fuerzas y equipos estadounidenses que están sobre el terreno buscando armas de destrucción masiva con el trabajo de la Comisión de Inspección, Control y Verificación del desarme de Irak (UNMOVIC). EEUU ha sido claro y ha insistido este lunes en que la forma "más eficiente" de encontrarlas es con sus expertos y no con los inspectores de la ONU.
El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo que su Gobierno conversará con los miembros del Consejo de Seguridad sobre el futuro de Irak, pero "no se equivoquen, Estados Unidos y la coalición han asumido la responsabilidad de desmantelar las armas de destrucción masiva de Irak" y "creemos que la coalición va a ser efectiva", añadió Fleischer, que finalizó diciendo que "en resumidas cuentas, el presidente Bush quiere concentrarse en la forma más efectiva de hacer el trabajo". Las declaraciones de Fleischer se produjeron mientras que en el Consejo de Seguridad el jefe de las inspecciones de la ONU, Hans Blix, recomendaba un nuevo envío de su personal a Irak para continuar el trabajo que la guerra interrumpió. "Al mundo le gustaría ver inspecciones que tienen la señal de la independencia y de una institución que está autorizada por la comunidad internacional", señaló Blix a la salida de la reunión.
En esa misma sesión del Consjeo de Seguridad, el representante diplomático francés, Jean-Marc de la Sabliere, explicó que el levantamiento de las sanciones comerciales está condicionado "a la certificación del desarme de Irak". Esto mantendría en ciertos aspectos el statu quo anterior, la vuelta de los inspectores y el programa "Petróleo por Alimentos" con el que mantienen jugosos contratos. Es decir, Francia y Rusia condicionan el fin de las sanciones comerciales a la garantía formal del desarme iraquí por parte del equipo de Blix. El Consejo de Seguridad de la ONU es el organismo que debe aprobar legalmente esta decisión. La resolución 687 contempla como paso previo al fin de las sanciones el certificado de los inspectores de que Irak ya no posee armas de destrucción masiva. Con esta exigencia se garantizarían el papel de la ONU y de todos sus programas en la zona. El embajador ruso en Naciones Unidas, sin embargo, es favorable a que el fin de las sanciones llegue cuando los inspectores confirmen el desarme iraquí. EEUU no ha aceptado esta proposición francesa con el argumento de que las sanciones deben ser levantadas. "Es tiempo de levantar las sanciones porque la situación ha cambiado", declaró el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher.
Este martes se reunía el Consejo de Seguridad de la ONU y sus miembros siguen tan divididos como antes de la guerra en Irak. Además, por primera vez desde el inicio del conflicto los quince miembros del Consejo tendrán que enfrentarse al dilema de qué hacer con las inspecciones de armas, toda vez que aún no han aparecido las armas de destrucción masiva que tenía el depuesto régimen iraquí. Para ello, se reunirán con Hans Blix, el presidente de la Comisión de Verificación y Control del Desarme de Irak (UNMOVIC). No obstante, el Consejo no tendrá que tomar una decisión al respecto, aunque su reunión sí servirá para conocer la posición de los distintos países. EEUU se opone al regreso de los inspectores, ya que ha enviado a sus propios equipos. El secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld, afirmó esta pasada semana que los arsenales iraquíes de armas de destrucción masiva sólo serán descubiertos por las tropas estadounidenses si reciben ayuda de la población iraquí. Según un reportaje publicado en el último número de la revista Time, el Pentágono ha destinado una brigada completa -3.000 hombres- para buscar las armas, y ofrece una recompensa de 200.000 dólares por cualquier prueba que conduzca a su hallazgo.
Mientras, Rusia se opuso este lunes a una rápida retirada de las sanciones económicas que pesan sobre Irak por temor a perder las jugosas ganancias del programa "Petróleo por alimentos", del que Moscú era el principal beneficiario antes de la guerra. Moscú también se opone a condonar la deuda externa existente. Tras la victoria aliada en Irak, el Kremlin no puede ocultar su nerviosismo por el destino de sus intereses en el país árabe -desde los 8.000 millones de dólares que le debe Bagdad, hasta sus estratégicos contratos petroleros- y por ello trata de ganar tiempo en el último espacio de maniobra que le queda en la ONU. El Ministerio ruso de Asuntos Exteriores se opuso a la posibilidad de un levantamiento "inmediato" de las sanciones a Irak como propone Estados Unidos y exigió que antes se completen las inspecciones de la ONU en ese país. El levantamiento de las sanciones supondría el fin del programa "Petróleo por alimentos", establecido por el Consejo de Seguridad para aliviar el desabastecimiento de comida y medicinas. En la última fase de este programa, Rusia, gracias a sus lazos con el régimen de Sadam Husein, se adjudicó el 40 por ciento del petróleo iraquí a cambio de alimentos. Este martes, los ministros de Exteriores del Consejo de Seguridad se reúnen para analizar el Irak posbélico.
El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo que su Gobierno conversará con los miembros del Consejo de Seguridad sobre el futuro de Irak, pero "no se equivoquen, Estados Unidos y la coalición han asumido la responsabilidad de desmantelar las armas de destrucción masiva de Irak" y "creemos que la coalición va a ser efectiva", añadió Fleischer, que finalizó diciendo que "en resumidas cuentas, el presidente Bush quiere concentrarse en la forma más efectiva de hacer el trabajo". Las declaraciones de Fleischer se produjeron mientras que en el Consejo de Seguridad el jefe de las inspecciones de la ONU, Hans Blix, recomendaba un nuevo envío de su personal a Irak para continuar el trabajo que la guerra interrumpió. "Al mundo le gustaría ver inspecciones que tienen la señal de la independencia y de una institución que está autorizada por la comunidad internacional", señaló Blix a la salida de la reunión.
En esa misma sesión del Consjeo de Seguridad, el representante diplomático francés, Jean-Marc de la Sabliere, explicó que el levantamiento de las sanciones comerciales está condicionado "a la certificación del desarme de Irak". Esto mantendría en ciertos aspectos el statu quo anterior, la vuelta de los inspectores y el programa "Petróleo por Alimentos" con el que mantienen jugosos contratos. Es decir, Francia y Rusia condicionan el fin de las sanciones comerciales a la garantía formal del desarme iraquí por parte del equipo de Blix. El Consejo de Seguridad de la ONU es el organismo que debe aprobar legalmente esta decisión. La resolución 687 contempla como paso previo al fin de las sanciones el certificado de los inspectores de que Irak ya no posee armas de destrucción masiva. Con esta exigencia se garantizarían el papel de la ONU y de todos sus programas en la zona. El embajador ruso en Naciones Unidas, sin embargo, es favorable a que el fin de las sanciones llegue cuando los inspectores confirmen el desarme iraquí. EEUU no ha aceptado esta proposición francesa con el argumento de que las sanciones deben ser levantadas. "Es tiempo de levantar las sanciones porque la situación ha cambiado", declaró el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher.
Este martes se reunía el Consejo de Seguridad de la ONU y sus miembros siguen tan divididos como antes de la guerra en Irak. Además, por primera vez desde el inicio del conflicto los quince miembros del Consejo tendrán que enfrentarse al dilema de qué hacer con las inspecciones de armas, toda vez que aún no han aparecido las armas de destrucción masiva que tenía el depuesto régimen iraquí. Para ello, se reunirán con Hans Blix, el presidente de la Comisión de Verificación y Control del Desarme de Irak (UNMOVIC). No obstante, el Consejo no tendrá que tomar una decisión al respecto, aunque su reunión sí servirá para conocer la posición de los distintos países. EEUU se opone al regreso de los inspectores, ya que ha enviado a sus propios equipos. El secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld, afirmó esta pasada semana que los arsenales iraquíes de armas de destrucción masiva sólo serán descubiertos por las tropas estadounidenses si reciben ayuda de la población iraquí. Según un reportaje publicado en el último número de la revista Time, el Pentágono ha destinado una brigada completa -3.000 hombres- para buscar las armas, y ofrece una recompensa de 200.000 dólares por cualquier prueba que conduzca a su hallazgo.
Mientras, Rusia se opuso este lunes a una rápida retirada de las sanciones económicas que pesan sobre Irak por temor a perder las jugosas ganancias del programa "Petróleo por alimentos", del que Moscú era el principal beneficiario antes de la guerra. Moscú también se opone a condonar la deuda externa existente. Tras la victoria aliada en Irak, el Kremlin no puede ocultar su nerviosismo por el destino de sus intereses en el país árabe -desde los 8.000 millones de dólares que le debe Bagdad, hasta sus estratégicos contratos petroleros- y por ello trata de ganar tiempo en el último espacio de maniobra que le queda en la ONU. El Ministerio ruso de Asuntos Exteriores se opuso a la posibilidad de un levantamiento "inmediato" de las sanciones a Irak como propone Estados Unidos y exigió que antes se completen las inspecciones de la ONU en ese país. El levantamiento de las sanciones supondría el fin del programa "Petróleo por alimentos", establecido por el Consejo de Seguridad para aliviar el desabastecimiento de comida y medicinas. En la última fase de este programa, Rusia, gracias a sus lazos con el régimen de Sadam Husein, se adjudicó el 40 por ciento del petróleo iraquí a cambio de alimentos. Este martes, los ministros de Exteriores del Consejo de Seguridad se reúnen para analizar el Irak posbélico.