L D / (Víctor Llano) Según ha podido saber Libertad Digital , Isel Quesada y su hijo se dirigían a Angola, pero en el consulado de España en La Habana se confundieron y, en lugar de facilitarle una visa de tránsito que le permitiese atravesar la frontera española y tomar otro vuelo con destino a África, le concedieron una visa aeroportuaria que no le autoriza a hacer escala en Madrid.
Según ha asegurado la ex fiscal a este periódico, al no poder subir a un avión con destino a Angola, solicitó asilo político en España, petición que un principio ha sido rechazada por las autoridades del Ministerio del Interior. No es la primera vez que los cubanos que aterrizan en el aeropuerto de Barajas sufren las consecuencias de los errores que comete el consulado de Madrid en La Habana. La Unión Liberal Cubana ha denunciado este hecho a los medios de comunicación españoles y ha pedido públicamente que las autoridades competentes concedan el asilo a la ex fiscal para evitar una víctima más de la rola de represión que sufre Cuba.
Antonio Fermín Urdiales Gálvez, abogado de Isel Quesada, ha declarado a Libertad Digital que en las próximas horas presentará un nuevo recurso ante la Oficina de Asilo. En el caso de que éste sea de nuevo rechazado, el abogado le pedirá a la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional que se pronuncie sobre la suerte de la ex fiscal y de su hijo. La madre de la ex fiscal reside en Málaga desde hace años y confía en que las autoridades españolas ofrezcan refugio a su hija y a su nieto. Hace seis años Isel renunció a su cargo de fiscal. Desde entonces el gobierno de la prisión grande no le ha permitido trabajar. Si ella y sus hijos son obligados a regresar a la isla de la que pretenden huir, Isel Quesada sería conducida a Villa Marista, Sede de la Seguridad del Estado, convertida ahora en campo de concentración. En este siniestro palacete que un día fue colegio de los Hermanos Maristas, la ex fiscal podría reunirse con Martha Beatriz Roque, con Raúl Rivero y con otros muchos disidentes cubanos que los hermanos Castro ha encarcelado en los últimos días.
Dos semanas después de la tiranía castrista confinará a más de 80 pacíficos opositores, el gobierno de José María Aznar no ha sido capaz de interesarse por ellos; pero, el Ministerio del Interior podría impedir que Castro encarcelara también a una mujer a la que no le perdonaría haber pedido asilo en España después de ser fiscal de la justicia que Ibarretxe ha informatizado. La suerte de Isel Quesada y de su hijo Darío depende de una decisión del gobierno español. ¿Auxiliará Aznar a las víctimas? ¿O preferirá dejar el asunto en manos de la burocracia y no creerse más problemas con los verdugos?
Según ha asegurado la ex fiscal a este periódico, al no poder subir a un avión con destino a Angola, solicitó asilo político en España, petición que un principio ha sido rechazada por las autoridades del Ministerio del Interior. No es la primera vez que los cubanos que aterrizan en el aeropuerto de Barajas sufren las consecuencias de los errores que comete el consulado de Madrid en La Habana. La Unión Liberal Cubana ha denunciado este hecho a los medios de comunicación españoles y ha pedido públicamente que las autoridades competentes concedan el asilo a la ex fiscal para evitar una víctima más de la rola de represión que sufre Cuba.
Antonio Fermín Urdiales Gálvez, abogado de Isel Quesada, ha declarado a Libertad Digital que en las próximas horas presentará un nuevo recurso ante la Oficina de Asilo. En el caso de que éste sea de nuevo rechazado, el abogado le pedirá a la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional que se pronuncie sobre la suerte de la ex fiscal y de su hijo. La madre de la ex fiscal reside en Málaga desde hace años y confía en que las autoridades españolas ofrezcan refugio a su hija y a su nieto. Hace seis años Isel renunció a su cargo de fiscal. Desde entonces el gobierno de la prisión grande no le ha permitido trabajar. Si ella y sus hijos son obligados a regresar a la isla de la que pretenden huir, Isel Quesada sería conducida a Villa Marista, Sede de la Seguridad del Estado, convertida ahora en campo de concentración. En este siniestro palacete que un día fue colegio de los Hermanos Maristas, la ex fiscal podría reunirse con Martha Beatriz Roque, con Raúl Rivero y con otros muchos disidentes cubanos que los hermanos Castro ha encarcelado en los últimos días.
Dos semanas después de la tiranía castrista confinará a más de 80 pacíficos opositores, el gobierno de José María Aznar no ha sido capaz de interesarse por ellos; pero, el Ministerio del Interior podría impedir que Castro encarcelara también a una mujer a la que no le perdonaría haber pedido asilo en España después de ser fiscal de la justicia que Ibarretxe ha informatizado. La suerte de Isel Quesada y de su hijo Darío depende de una decisión del gobierno español. ¿Auxiliará Aznar a las víctimas? ¿O preferirá dejar el asunto en manos de la burocracia y no creerse más problemas con los verdugos?